lunes, 3 de septiembre de 2018

Construya un equipo de triunfadores!!



La diferencia fundamental entre un equipo (team) y un grupo radica fundamentalmente en los objetivos y metas comunes. Por tanto, en un grupo de personas nunca habrá objetivos ni metas comunes que alcanzar, por tanto, no existe el liderazgo, pues es innecesario, un grupo puede ser homogéneo o heterogéneo, en dependencia de sus características particulares, pero siempre estaremos hablando de un grupo. El concepto de equipo es propio del ser humano, cuando comprendió la necesidad de unir los intereses, las potencialidades y los recursos en función de objetivos y metas claramente definidos, ya sea un equipo deportivo, equipo de artistas, equipo de científicos o un equipo de trabajo, sea cual sea el objetivo o desempeño, pero siempre tendrán objetivos y metas muy claras que alcanzar.
El concepto de equipo trae aparejado el liderazgo, es una aptitud que no todos poseen, pero es una figura clave dentro de un equipo, el líder puede ser formal (cuando es nombrado oficialmente) o informal (cuando se ha ganado el liderazgo frente al resto del equipo sin que medie ningún nombramiento ni documento oficial. El líder debe poseer cualidades innatas que, por supuesto, deberá desarrollar a través del estudio académico y desarrollo personal y profesional, un líder se distingue por la manera de actuar, de hablar, de conducirse y sobre todo en su relación con el resto del equipo, el líder tiene muy claro que el equipo no trabaja para él, sino que son elementos claves para alcanzar los objetivos, el líder forma parte del equipo y se entrega en cuerpo y alma a los objetivos y metas del equipo, los objetivos individuales deben quedar a un lado y supeditarse siempre a los objetivos comunes, de lo contrario no habrá un liderazgo auténtico.




Si ya hemos visto una posible y clara definición de equipo, entonces nuestro primer consejo para los que quieren tener éxito es que construyan su equipo, pero no un equipo cualquiera, sino un equipo de triunfadores, sólo con eso ya tendrá los recursos fundamentales para emprender su carrera hacia sus objetivos y sueños, el capital fundamental de toda Organización (sea lucrativa o no) será siempre su capital humano, pero no para tenerlo como un lema o slogan, sino para actuar en consecuencia. Un equipo no se hace sólo, es preciso mucho trabajo y dedicación para lograr tenerlo, y lo primero es saber qué características deben tener las personas que necesito para construir mi equipo, eso hay que diseñarlo, hay que elaborar profesiogramas al mayor detalle posible para no pensar en nombres premeditadamente, sino buscar después a las personas que cumplan con el perfil que he diseñado para tener éxito en el equipo que me he propuesto construir. Este principio parece obvio y siempre se aborda en la literatura técnica, pero no pocas veces parece olvidarse, y comenzamos incluso a elaborar profesiogramas pensando en personas para “acomodarlo” a ella y que logre “encajar”, pero si lo hacemos de esa manera, ya está llamado al fracaso, porque no se puede comenzar a construir un pozo desde el fondo, es preciso conformar la parte superior, darle la firmeza requerida para luego comenzar a profundizar hasta llegar a la meta (manto freático).

Si vamos a construir un equipo, debemos hacerlo de verdad, pensando en el éxito compartido, un líder no puede ser egoísta, un líder siempre piensa en la prosperidad del equipo y para que haya prosperidad y éxito debe existir un equipo muy bien formado que sea capaz de realizar un trabajo arduo, tener y desarrollar una férrea preparación y saber aprender de los errores para sacar provecho de ellos.

Al abordar el tema relacionado con la dirección, en un equipo bien consolidado siempre se aplicará un estilo participativo, donde la sinergia sea el ingrediente fundamental del resultado alcanzado. El líder nunca es autoritario, porque inhibe la creatividad del equipo y nunca podrá hacer sinergia, el líder no es un simple jefe; el líder brilla mientras el jefe intimida; el líder tiene colaboradores, el jefe tiene subordinados; el líder sugiere y enseña, el jefe manda, ordena e indica.

Demuestre confianza y respeto por su equipo.

Si ya has sido capaz de construir tu equipo, te felicito, pocos lo logran, pero aún no has terminado, simplemente estás a punto de poder comenzar a emprender tus objetivos y metas. Ahora te corresponde una tarea muy gratificante pero difícil y consiste en lograr que el equipo que has construido funcione como un reloj, para ello tendrás que ganarte la confianza, el respeto (no el miedo) de cada colaborador, demostrarles que los respetas y que te has propuesto sinceramente hacerlos crecer contigo y llevarlos al éxito, esta parte se hace muy difícil en la práctica porque muchos de los que lo intentan no son realmente líderes, han fingido serlo pero cuando llegan a este punto, por supuesto que todo se desmorona como un castillo de naipes. Es preciso que cada colaborador comprenda perfectamente cuál es su función dentro del equipo y que esté en autocontrol, pero para poder estar en autocontrol, primero deberá tener bien claras sus funciones y objeticos, saber qué es lo que el equipo espera de él (ella), saber autoevaluar su desempeño y saber rectificar las desviaciones posibles; si cada uno ya ha logrado esto, entonces todo el equipo estará en autocontrol y por consiguiente centrados en los objetivos y metas.

Tenga muy en cuenta que los objetivos y metas deben estar claramente definidos, sin palabras rebuscadas que más bien tienden a confundir, que cada colaborador sea capaz de medir con claridad cada meta o paso dentro del objetivo propuesto, si decide emprender una DPO, DPV e inclusive las más novedosas formas de dirección a escala global, siempre necesitará para ello de un equipo de triunfadores. Trate a cada colaborador como lo que es, una persona importante para usted, no los “mida” a todos con la misma vara, cada uno es una persona diferente con sus valores, carácter, temperamento y diferencias, este es un punto muy importante; participe con ellos en su crecimiento personal y profesional, haga de cada uno de ellos un triunfador, un equipo de triunfadores solo puede tener éxito, porque no son perdedores, son triunfadores unidos en un mismo equipo con objetivos y metas comunes, y usted es el líder, no el dueño de ellos, ellos lo hacen a usted, por lo que no son sus criados, aprenda a comprender lo que significa un colaborador, trabaje consecuentemente y no le quedará otra alternativa que el éxito.



Figura 1: La confianza caracteriza a los equipos de triunfadores.


Estudie los errores dentro de su equipo y saque provecho de ellos.

Existen muchas opiniones diversas sobre los errores o fallas, pero casi todos los autores coinciden en que los errores no son malos, son sencillamente parte del trabajo y del desarrollo del equipo, lo importante no son los errores en sí, sino la manera como los gestionamos, si nos dedicamos a cuestionar a los colaboradores o buscar implacablemente a culpables, entonces vamos por el rumbo equivocado, los errores o fallas demuestran que es preciso estudiar sus causas y resolverlas en equipo, aprender de ello todos juntos para que no vuelva a producirse, esta práctica no solamente ayudará al crecimiento como equipo, sino que evitará errores de mayor magnitud. En los métodos de enseñanza tradicional no se enfoca adecuadamente el tratamiento a los errores, desde la educación básica (primaria) hasta la superior (universidad) se enseña el temor a los errores, eso habrá que rectificarlo en algún momento, porque es como un molde que se impone a cada uno de los educandos, no debemos temer a los errores, ellos forman parte del éxito, porque también nos enseñan cómo no debemos hacer las cosas, lo más importante es aprender de los errores, ser creativos, buscar varias soluciones ante un mismo problema, eso nos lleva al desarrollo. Cuando el equipo ve el enfoque que le damos a los errores ya no tendrán temor a equivocarse, ese temor hace mediocre a una gran parte de los profesionales en el mundo, más vale fracasar por intentar el éxito, que dejar de llegar al éxito por temor al fracaso…..

Figura 2: Los errores no son malos. Malo es no aprender de ellos.


Monitorea el desempeño del equipo y corrige las desviaciones.

Si has logrado tener tu equipo de triunfadores, les has demostrado confianza, respeto y admiración por cada uno de tus colaboradores y ejercitas día a día la gestión de los errores y desviaciones, entonces ya estás a punto de emprender el camino al éxito. Pero no dejes las cosas a merced de la casualidad, recuerda que es un equipo de seres humanos, con aspiraciones, temperamentos diversos, sentimientos, y demás. Es preciso que estés siempre monitoreando el desempeño del equipo, corrigiendo a tiempo las desviaciones, enseñando y aprendiendo a la vez, creando siempre un ambiente de confianza y seguridad en el éxito, ocupándote de los problemas que tienen tus colaboradores, sea cual sea la naturaleza o esfera de sus problemas, es importante que vean que sus problemas son también tuyos y de todo el equipo, así entonces será como logres que funcione como un reloj.



Figura 4: El ABC para aprender de los errores. 


Espero que haya resultado de tu interés este artículo. Si así fuera, solo te pido que dejes tus comentarios, serán siempre de mucha utilidad para mí. Gracias!!!




Autor: 3MsC. Arq. Ing. Adalberto Arévalo Ramírez