lunes, 30 de abril de 2018

Pereza vs Éxito.

La pereza (latín: acedia, accidia, pigritia), según la Wikipedia es la negligencia, astenia, tedio o descuido en realizar actividades.
Según el diccionario de la RAE, Falta de ganas de trabajar, o de hacer cosas, propia de la persona perezosa.
"me da pereza tener que sacar la ropa de invierno; andaba con pereza entre las interminables estanterías del archivo"

sinónimos:
vagancia

Éxito: Con origen en el término latino exitus (“salida”), el concepto se refiere al efecto o la consecuencia acertada de una acción o de un emprendimiento. Su raíz se hace más o menos evidente según el contexto en que usemos esta palabra, ya que muchas veces expresa “sobresalir”, “salir por encima de la competencia”..
Al leer y analizar las anteriores definiciones, es fácil darnos cuenta que ambas son diametralmente opuestas; precisamente he partido del significado de cada una de esas palabras para llegar contigo al análisis y resultado que espero. La pereza y la falta de constancia, son, a mi juicio, las causas principales de que la mayoría de las personas en este mundo no logren alcanzar lo que desean, o no lleguen a transitar el camino al éxito, ya sea personal, profesional, etc.
Antes de continuar, quiero que leas detenidamente estos consejos para vencer la pereza, lo he tomado del sitio digital “Psicología y Mente”, cuyo enlace te escribo al final para que puedas consultarlo personalmente.






Consejos para saber cómo vencer la pereza
Uno de los descubrimientos más relevantes realizados por la psicología es que el ser humano no se comporta de un modo racional. Ateniéndonos a la teoría, somos capaces de planificar proyectos razonables, e incluso llegamos a imaginar con todo tipo de detalles qué es aquello que queremos hacer, pero eso no implica que realmente vayamos a hacerlo… incluso aunque el coste de no hacerlo sea alto, y el esfuerzo requerido para ello no sea descabellado.
Muchas veces, cuando nos planteamos hacer algo que sabemos que no irá bien, hay algo que nos retiene, nos lleva a no salir de una actitud pasiva. Una auténtica barrera a la hora de acometer esas acciones necesarias: ir al gimnasio, cocinar algo sano, estudiar para un examen o incluso hacer una llamada telefónica. Se trata muchas veces de tareas tan sencillas que no llegamos a explicar por qué postergamos siempre.
Por eso, para llegar a vencer la pereza es importante tener claro que esta no es una batalla que vaya a ser ganada solo desde la introspección y la reflexión. Sabemos que debemos hacerlo, pero eso no es suficiente para conseguir llevarlo a la práctica. Por lo tanto, hay que cambiar nuestra manera de actuar; los cambios en el pensamiento se producirán después como consecuencia de lo anterior. Para saber cómo hacerlo, sigue las siguientes pautas.
1. Duerme bien
Esto puede parecer un detalle sin importancia, pero no lo es. Mantener una buena higiene del sueño es imprescindible para contar con la energía suficiente para hacer aquello que queremos. Si estamos todo el día cansados por haber dormido poco, ese malestar será la excusa que usaremos para seguir procrastinando, sin emprender aquello que queremos hacer.
Así pues, ve a dormir siempre en un límite horario muy delimitado pero razonable, y de ese modo no te expondrás a la tentación de quedarte hasta tarde en vela, algo típico de las personas preocupadas por tener responsabilidades que de momento no están siendo atendidas, al sentirse culpables.
2. Estructura tus tareas
El truco está en ponérselo muy fácil a uno mismo, y para ello es importante establecer una planificación detallada de lo que se va a hacer, si no está hecha ya. Si percibimos la tarea a realizar como un conjunto complicado de acciones, algo que requiere una gran cantidad de esfuerzo en su conjunto, esa perspectiva nos intimidará y preferiremos cualquier cosa en vez de pensar en ella.
3. Cómo dar el primer paso
En el hecho de poder dar ese primer paso está la clave para vencer la pereza. Para ello, lo mejor es plantearse hacer algo absurdamente sencillo y que sea a la vez el primer paso para hacer aquello que quieres. Si crees que deberías ir al gimnasio, proponte ir y hacer tan solo una serie de ejercicios: por ejemplo, ir al vestuario, cambiarte, subir a la sala de pesas y hacer media docena de sentadillas. Si tienes que escribir un proyecto de universidad, proponte encender el ordenador, abrir el editor de texto y escribir una frase. Si quieres estudiar, proponte abrir los apuntes y leer las primeras dos líneas de texto.
En la gran mayoría de los casos, y del mismo modo que hasta ese momento no podías ser capaz de empezar la tarea, no serás capaz de limitarte a realizar solo esas acciones tan sencillas, y seguirás hacia adelante hasta tener la sensación de haber realizado una jornada de trabajo con la que te puedes sentir bien. En este caso, la manipulación de tus propias expectativas jugará a tu favor.
4. Aprovecha cualquier momento para progresar
Siguiendo con la lógica de lo que hemos visto hasta ahora, es importante evitar darte motivos para pensar en lo que tienes que hacer como si fuese algo intimidante y difícil de conseguir. Para ello, aprovecha cualquier momento para ir haciendo, en vez de asignarte de antemano un día y una hora para hacer un esfuerzo titánico. Es importante que te pongas fechas límites sucesivas y relacionadas con objetivos relativamente sencillos de conseguir.

Tomado de: Psicología y Mente "Pincha Aquí para leer el artículo"



Si has logrado interiorizar estos consejos, y lo más importante aún, si decides emprender una lucha implacable contra la pereza, y realizar el CAMBIO que necesitas en tu actuar diario, entonces este artículo será de vital importancia para tu crecimiento personal, profesional y de todo tipo. En otros artículos siempre me he referido al hecho de que el éxito no es un fin ni una meta, es sólo un camino lleno de acontecimientos buenos, regulares y malos que desafortunadamente muy pocos encuentran, y de esos pocos que lo encuentran, sólo un 5% decide transitarlo. Esta es la clave por la que la mayoría de las personas no alcanzan lo que quieren, a eso se suma que la mayoría de las veces, ni siquiera las personas saben exactamente qué es lo que quieren, y ese es el peor de los casos. Cuando sabemos lo que queremos, ya tenemos una buena parte del camino vencido, lo otro que nos resta es diseñar la estrategia más correcta para emprender el camino.

En el camino al éxito, siempre encontramos muchísimos obstáculos de todo tipo, eso es normal, porque hemos emprendido un camino hacia lo nuevo, hacia lo desconocido. También cometemos errores, pero no debemos perder la persistencia ni la fe, los errores son parte del aprendizaje que necesitamos para transitar el camino al éxito, cuando cometemos un error es porque estamos aprendiendo, lo más importante es aprender y no repetirlo. Las personas de éxito no son otra cosa que personas que aprendieron de sus errores y siguieron con persistencia sus sueños. Pero ese camino al éxito tiene como principales enemigos, precisamente a la pereza y a la falta de constancia, el ÉXITO es un intento más después de varios fracasos, que, al fin, salió bien, es por ello que ambos conceptos se encuentran muy cercanos, cuantas más veces hacemos el intento, mayor será la probabilidad de éxito.







La persistencia es una de las características fundamentales que identifica a las personas de éxito, no importa cuántas veces tenemos que intentarlo, ni cuántas veces nos caemos, lo importante es que siempre seamos capaces de levantarnos con más ánimo y entusiasmo por lograr nuestros objetivos. La historia está llena de ejemplos que nos deben servir de paradigma, el pensamiento positivo y los deseos de alcanzar nuestros sueños deben ser más grandes que la tristeza causada por los fracasos por intentarlo, esa es la proporción que no debemos perder nunca de vista.







Cuando analizamos a las personas exitosas, muy pocas veces hacemos caso de todo el esfuerzo que hubo detrás de ese éxito, esto es válido para todos los campos o esferas, en el éxito empresarial, en el deporte, en las artes, en nuestras vidas personales…siempre se trata de mucho esfuerzo, sacrificios, desvelos que al final casi nadie repara en ello, pues solamente se logra ver la realidad actual, solamente la persona que lo ha logrado, y quienes estuvieron más cerca de esa persona son quienes conocen en más detalles todo el camino recorrido.





Sólo me resta darte una buena noticia que te he dejado para el final, muy a propósito. La buena noticia es que el camino al éxito está hecho para todos, inclusive para ti, no hay ninguna persona que haya venido al mundo sin esa oportunidad, recuerda lo que dijo Bill Gates,”… si naciste pobre no es tu culpa, pero si mueres pobre, toda la culpa será tuya…”. Te deseo muchas bendiciones, que sepas lo que quieres, que encuentres el camino al éxito, que luches por tus sueños y que disfrutes del camino durante toda tu vida junto a los seres que amas!!!



3MsC. Arq. Ing. Adalberto Arévalo Ramírez
             Consultor Internacional



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